Cuando el amor se convierte en acoso: el Tribunal Supremo condena por stalking el chantaje emocional.

Cuando un “te necesito” se convierte en amenaza, ya no hablamos de amor. En su sentencia, el Tribunal Supremo lanza un mensaje contundente: el chantaje emocional tras una ruptura puede constituir delito de acoso. En este caso, cartas, llamadas y hasta un intento de suicidio en casa de la víctima no fueron interpretados como desesperación, sino como una forma de violencia psicológica. Una sentencia clave que redefine los límites entre el desamor y el delito, integrando la perspectiva de género y protegiendo la libertad emocional de las víctimas.